martes, 18 de febrero de 2014

Una guía para vencer el miedo que nos detiene

“Siempre que escogemos la seguridad, reforzamos el miedo” - Cheri Huber
                                                                                                
El miedo de que algo malo suceda en el futuro es una de las cosas que nos hace humanos.
Los animales pueden temer al peligro inmediato, a aquello que sucede en este momento, pero sólo nosotros tememos a algo que podría pasar, pero que no está sucediendo ahora, que no nos está enseñando su feo rostro en el momento.
Este miedo debo decir, es necesario... nos impide hacer cosas estúpidas. Pero he encontrado que también en muchos casos, estos miedos son innecesarios, infundados. Nos impiden alcanzar nuestras metas.
Recientemente, pregunté a mis amigos "¿Qué miedo te está deteniendo?" Sus respuestas incluían los siguientes temores:
  • al fracaso
  • al abandono/rechazo
  • a la intimidad
  • al éxito
  • a quedar en la quiebra
  • a no ser suficientemente bueno
Creo que el último - no ser suficientemente bueno- es de hecho, la raíz de todos los otros. Tememos al fracaso porque pensamos que no somos lo suficientemente buenos. Tememos perder nuestras relaciones, que seremos abandonados o rechazados porque no somos suficientemente buenos. Tenemos miedo a la intimidad o a comprometernos precisamente por la misma razón: es posible que no seamos suficientemente buenos. Incluso el miedo al éxito está basado en la preocupación de que en el fondo, no seamos lo suficientemente buenos.
¿Tienes este miedo? Yo lo he tenido toda mi vida, y aún lo tengo.
Pero la cosa es esta: Tener miedo es natural. Dejar que el miedo te impida ir tras tus sueños, es una tragedia.
Yo lo he sufrido por más de una década de mi vida adulta. Dejé que el miedo de no ser suficientemente bueno me impidiera siquiera tratar, me impidiera siquiera atreverme a soñar.
Resultó que mis miedos no tenían fundamento. Soy suficientemente bueno. No soy perfecto, pero ¿Quién lo es?
Cuando pude superar ese miedo de no ser suficientemente bueno, ese miedo al fracaso o al rechazo y me puse a mi mismo, ahí fuera, en el mundo, triunfé. Me di cuenta que soy suficientemente bueno.
Y aún tengo el mismo miedo. Aún me preocupa que no sea suficientemente bueno, que fracasaré y me estrellaré de cara frente a muchas personas... pero no sería humano si no me sintiera así. Incluso las personas muy exitosas — Barack Obama, Steve Jobs, Paul McCartney, J.K. Rowling — tienen este miedo, aún cuando no lo muestren. Pero ellos no dejan que el miedo los detenga.
Como puedes lograrlo tu también? Echemos un vistazo.
“La barrera más grande hacia el éxito, es el miedo al fracaso” - Sven Goran Eriksson
Como vencer tus temores
No existe una guía paso a paso para vencer tus miedos, pero esto es lo que he aprendido, de primera mano y  por medio de otros.
  1. Primero, reconoce que tienes miedo. Este es  un enorme primer paso. Si haces sólo esto hoy, habrás hecho algo realmente grande. Muchos de nosotros tenemos estos miedos, pero están en el fondo de nuestra mente, inadvertidos, incógnitos, mientras tratamos de ignorarlos y pretender que no están ahí. Pero ahí están. Y nos afectan, todos los días, toda la vida. Así que reconoce el miedo.
  2. Escríbelo. ¿A qué le temes? Escríbelo en un pedazo de papel. Escribirlo no solo es reconocer que existe -trayéndole a la luz- sino exteriorizarlo. Es tomar al miedo de esos oscuros lugares desde donde acecha en el fondo de tu mente, donde tiene poder sobre ti y traerlo a la luz del día, fuera de ti, donde tú lo controlas. Toma control de tu temor escribiéndolo. Ahora está fuera de ti y puedes hacer lago al respecto. Personalmente, me gusta arrugar el pedazo de papel y pisarlo, pero tu puedes hacer lo que tu quieras. Como pegarlo en la puerta de tu refri, para recordarte que es tu enemigo.
  3. Siente el miedo. Ya lo reconociste, pero aún le temes. Estás renuente incluso a tener ese miedo, tal vez te avergüenza. Bueno, ya no. Reconoce que no estás solo, que TODOS tenemos estos miedos, que todos pensamos que podríamos no ser suficientemente buenos. Sí, incluso el sorprendente Barack, la sorprendente Jessica Alba, el sorprendente Al Pacino. Ellos tienen los mismos miedos que tú. Yo seguro los tengo. Repite después de mi: no hay nada  malo en tener miedo. Ahora permítete sentirlo. Experiméntalo completamente. No es tan malo como crees. Es una parte de ti, pero no tiene porqué controlarte. Siente el miedo y actúa de todos modos.
  4. Pregúntate: ¿Qué es lo peor que podría pasar? A menudo no es algo tan malo como creemos. ¿Tienes miedo de fracasar en una nueva actividad profesional? ¿Qué pasaría si sucede? Conseguirías otro trabajo. Continuarías con tu vida. Sobrevivirías. ¿Tienes miedo de ser rechazado por alguien que te atrae? ¿Qué pasaría si sucede?Te lamerías las heridas, encontrarías a alguien mas acorde a ti. Sobrevivirías. ¿Tienes miedo de quedarte sin dinero? ¿Qué pasaría si sucede? Recortarías tus gastos, quizá le pedirías a familiares o amigos que te ayudaran un poco. Encontrarías un modo de hacer dinero. Sobrevivirías.
  5. Solo hazlo. Para repetir: Siente el miedo y actúa de todas formas. Para vencer el miedo, tienes que hacerlo. Mira líneas abajo algunos consejos para lograrlo, pero lo que a mí me funciona no es pensar, sino actuar. Como cuando quieres saltar de un trampolín hacia la alberca: No lo pienses, solo salta. Es un sentimiento regocijante. Yo tengo miedo de hablar en público, pero cuando me levanto y simplemente lo hago, me siento genial. Cuando decides a ignorar tus propios miedos, se abren tantas nuevas oportunidades.
  6. Prepárate para la batalla. Cuando vas a enfrentar un adversario, te preparas. Te armas, haces un plan de batalla, te entrenas. Si quieres ser músico pero temes fracasar... practica, practica, practica, luego haz un plan para triunfar, luego obtén todas las habilidades que necesitas para implementar el plan, y luego practica un poco mas. Luego, ¡Ve y ejecuta el plan!
  7. Permanece en el momento presente. El miedo al fracaso (y otros miedos similares) son miedos al futuro. Quedamos atrapados preocupándonos por lo que podría suceder. En lugar de eso , desecha todos los pensamientos sobre el futuro. Deshazte de todos lo pensamientos de errores pasados y fracasos. Ahora enfócate en el ahora. Haz algo ahora para vencer tus miedos, para perseguir tus sueños, y olvídate de lo que pueda pasar. Solo hazlo, ahora, en este momento. Cuando te sorprendas pensando en el pasado o en el futuro, trae tus pensamientos de nuevo al momento presente y enfócate en lo que estás haciendo en este momento.
  8. Pasos pequeños. Conquistar el miedo y perseguir un objetivo de vida puede ser abrumador. Así que empieza poco a poco. Solo toma un paso de pequeño. Algo que sepas que puedes hacer, algo en lo que estas seguro de tener éxito.Luego siéntete bien por ello y toma otro pequeño paso. Sigue haciendo esto y pronto habrás conquistado una montaña.
  9. ¡Celebra cada éxito! Cada cosa que hagas bien, ¡Celébrala! Incluso la cosa más pequeña. Y usa este sentimiento de victoria para impulsarte y tomar el siguiente paso. Bill Gates describe una "espiral del éxito" que usó para construir Microsoft desde su temprano éxito con MS-DOS, a su éxito con Windows y Word y Excel e Internet Explorer y lo demás. Usa esta idea del espiral del éxito en tu propia vida. Constuye un éxito sobre otro, usándolo como un peldaño hacia tu siguiente victoria.
“Conquistar el miedo es el principio de la sabiduría” - Bertrand Russell

domingo, 16 de febrero de 2014

Las pequeñas reglas de la acción

                                                                                                                                                
“La respuesta más corta es hacer.” - Lord Herbert

Demasiado a menudo quedamos atascados en la inacción. El cúmulo de dudas y perfeccionismo y distracciones  y planeación que nos impide seguir avanzando.
Y aunque no soy precisamente un partidario de los torbellinos de actividad, también creo que las personas se pierden en las distracciones del mundo y pierden de vista lo que es importante y el modo de lograr su llamado.
Así que hoy quisiera presentar humildmente algunas reglas para la acción, que son sólo algunos recordatorios, cosas que yo he encontrado utiles pero que de ningún modo he inventado yo, cosas de sentido común, que como sabemos, es el menos común de los sentidos.
1. No lo pienses demasiado. Pensar demasiado generalmente termina en un atascamiento, en andar en círculos. Pensar es bueno, es bueno tener una idea clara de a dónde queremos llegar o porqué hacemos lo que hacemos, pero no te quedes atascado en el pensamiento. Simplemente haz.
2. Sólo comienza. Toda la planeación del mundo no te llevará a ningun lugar. Tienes que tomar ese primer paso, no importa qué tan pequeño o tembloroso pueda ser. Mi regla para motivarme a correr es esta: sólo amarra tus agujetas y cruza la puerta, el resto sucede por sí mismo.
3. Olvida la perfección. El perfeccionismo es el enemigo de la acción. Deténlo de inmediato. No puedes dejar que la perfección te impida hacer. Puedes convertir un mal borrador en un buen borrador, pero no puedes convertir en bueno un borrador que no existe. Así que adelante.
4. No confundas el movimiento con la acción. Un error común. Una furiosa actividad no significa que estas haciendo algo. Cuando te encuentras moviéndote muy rápidamente, haciendo muchas cosas al mismo tiempo, es un buen recordatorio para parar. Baja la velocidad, concéntrate.
5. Concéntrate en las acciones importantes. Evita las distracciones. Elige lo más importante que debes realizar hoy y enfócate en ello. Exclusivamente. Una vez logrado tu objetivo, repite el proceso.
6. Muévete despacio, conscientemente. Realiza actos deliberados. La acción no implica velocidad. De hecho, la velocidad comúnmente conduce a los errores, y aunque la perfección no es necesaria en lo absoluto, tampoco es necesario cometer un número ridículo de errores que pueden evitarse con un poco de consciencia.
7. Da pasos pequeños. Morder más de lo que puedes masticar puede matar la acción. Tal vez de ahogamiento, no lo sé. Pero dar pasos pequeños siempre da resultado. Pequeños golpes que eventualmente tirarán la montaña. Cada paso es una victoria, que te impulsará a más victorias.
8. El pensamiento negativo no te llevará a ningún lado. En serio, déjalo. ¿Dudas de ti mismo? ¿Quieres renunciar? ¿Te auto convences de que está bien distraerte en otra cosa y que siempre puedes hacerlo un poco más tarde? Elimina esos pensamientos. Bueno, está bien, te puedes distraer un poco, pero ya me entiendes. El pensamiento positivo, tan cliché como parece, realmente funciona. Lo que nos decimos a nosotros mismos tiene el curioso hábito de convertirse en realidad.
9. Las reuniones no son acción. Este es un error común en la administración. Hacen juntas para hacer cosas. Las juntas, sin embargo, casi siempre se interponen a la acción. ¡Para de tener reuniones!
10. Hablar no es (usualmente) hacer. A menos claro, que la acción que pretendes realizar sea dar un discurso o algo así, o que seas un conductor de televisión o radio. Pero normalmente, hablar es sólo hablar. La comunicación es necesaria pero no la confundas con la acción.
11. Planear no es actuar. Claro, necesitas un plan. Hazlo, de modo que  tengas claro qué estás haciendo. Sólo que hazlo rápido, y llega a la acción lo más pronto que puedas.
12. Leer al respecto no es acción. Y estás leyendo un artículo sobre la acción. Irónico, lo sé. Pero que este sea el último. ¡Ponte a trabajar!
13. Algunas veces, la inacción es mejor. Este es tal vez el punto más paradójico de la lista, pero si te encuentras dando vueltas o estás haciendo más daño que bien, vuelve a preguntarte si la acción es realmente necesaria. O mejor aún, pregúntate esto antes de empezar. ¿Es necesario? Sólo actúa si la respuesta es sí.
“Hablar no cocina el arroz” - Proverbio chino

viernes, 14 de febrero de 2014

Una pequeña guía para la inspiración                        

Todos tenemos días en que nos sentimos poco inspirados, días en los que necesitamos una infusión de pasión y creatividad.
A mí me sucede.
Para quien necesite un pequeño empujón,   se le haya acabado la creatividad, o necesite motivación... humildemente le ofrezco esta simple guía.
No proclamo tener todas las respuestas, y menos aún que mi modo de hacer las cosas sea el único modo,  simplemente comparto aquí algunas cosas que he aprendido sobre la inspiración, algunos trucos que he aprendido y que me funcionan.
A menudo necesito inspiración pero siempre la he encontrado. Y eso es algo maravilloso.

¿Qué es la inspiración?

Muchas personas piensan en la inspiración como una cualidad elusiva que no puede ser forzada y que, sin embargo, puede ser encontrada si vas en su búsqueda.
Otros piensan que es un modo de encontrar ideas, pero es más que sólo ideas... es ser motivado para poner esas ideas en acción.
La inspiración es encontrar algo más ( personas, naturaleza, ideas asombrosas), y tomar acción al respecto. Crear, hacer, inspirar a otros.

Cómo encontrar inspiración

La inspiración está básicamente en cualquier lugar que mires, si la buscas bien. Ésa es la clave: Mantener los ojos abiertos. Demasiado a menudo, perdemos hermosas fuentes de inspiración porque estamos demasiado ocupados pensando en otras cosas.
Se observador. Mira todo a tu alrededor como una posible fuente de inspiración.
Algunas posibles fuentes de inspiración:
  • blogs
  • libros
  • revistas
  • películas
  • gente cercana
  • naturaleza
  • niños
  • arte
  • música
  • historia
  • ejercicio
  • religión
  • grandes proyectos
  • sueños
  • redes sociales
  • fotos
  • foros
  • google
  • historias de éxito
  • la vida, en todos lados
Sólo mantén los ojos abiertos, a todas horas, permaneciendo presente siempre que puedas y permítete respirar de esa fuente de inspiración.

Cómo mantenerse inspirado

La inspiración no es algo que sucede sólo una vez. La requerimos regularmente.
Cuando practicas el método anterior -Mantener los ojos abiertos, estar presente, respirar- te vuelves cada vez mejor. Se convierte en una habilidad que puedes usar en cualquier momento, y la usarás a menudo.
Algunas sugerencias para mantener el flujo de inspiración corriendo:
  • Trabaja con personas inspiradas - Uno de los mejores modos de estar inspirados es trabajar con personas creativas, llenas de energía y positivas.
  • Lee diariamente – Cosas variadas, desde blogs y revistas hasta libros de cualquier tipo.
  • Ve afuera – La naturaleza es una de las más grandes fuentes de inspiración, y te la perderás si estás encerrado todo el día.
  • Habla con gente nueva – Siempre te expondrán a cosas nuevas e interesantes, si estas abierto a ello.
  • Rompe la rutina - Mira las cosas desde una perspectiva diferente. Toma un nuevo camino a casa, ve a un nuevo restaurante, visita algún lugar nuevo en tu vecindario.
  • Encuentra tiempo para el silencio - Es más inspirador de lo que crees. Desafortunadamente pocos de nosotros lo hacemos.
  • Haz ejercicio - O al menos, muévete. Ayuda a la circulación, y pone a las ideas en movimiento constante. Mis pensamientos mas inspirados llegan mientras corro.

Ahora, actúa

No solo te sientas inspirado. Toma esa inspiración y úsala, motívate y haz algo. Canaliza la inspiración para crear algo sorprendente.
Pon ese algo en el mundo, y a cambio inspirarás a otros.

lunes, 10 de febrero de 2014

El arte de manejar la crítica.     

                                                                                                                                Si vas a hacer algo interesante en el mundo, la crítica se convierte en un hecho inevitable.
Serás criticado, porque cometerás errores, porque algunos estarán celosos, porque la gente tiene opiniones respecto cualquier cosa interesante, porque la gente quiere ayudarte, porque algunos quieren arrastrar con ellos a quienes hacen algo diferente.
El truco para navegar entre los icebergs de la crítica es identificar aquella que es útil, y alejarse de aquella que no lo es.
Pero sobre todo, hacerlo con gracia.

Críticas al blog

He recibido toda clase de críticas. Muchas han provenido de personas que son increíblemente positivas y alentadoras pero que a veces dejan un comentario hiriente en algún post.
Aprendí una táctica que me ha funcionado extremadamente bien. Si un comentario es ofensivo, me tomo un minuto para calmarme , y después me pregunto "¿Tiene esta persona razón (independientemente de lo grosero de su tono)?"
Después respondo y le agradezco a la persona por su crítica. Reconozco su punto sin ponerme a la defensiva. Respondo con mi razonamiento si siento que yo tenía algo de razón, o si el crítico tenía razón, simplemente les hago saber que estoy de acuerdo y que cambiaré las cosas. De cualquier modo, muestro agradecimiento por la crítica.
Esto ha tenido un efecto asombroso. La persona que comenta a menudo responderá de forma muy positiva. Agradecer al que comenta y reconocer su punto les desarma. La gente que deja comentarios groseros no esperan que los escuches, mucho menos que te muestres agradecido y empático. He logrado que muchos de mis críticos se vuelvan mis amigos después de hacer esto. Nunca he visto una táctica que tenga mejores resultados.
Si mis críticos tienen razón, veo que puedo hacer para cambiar. Si no la tienen, simplemente sigo adelante.
He aprendido que la crítica es parte del juego. Puedo responder con enojo, o dejar que me impida lograr algo. O puedo dejar que me ayude. O aceptar que está ahí y continuar. Elijo las últimas dos.

Qué no hacer ante la crítica

La crítica puede derrotarte si lo permites. La gente se desanima cuando se enfrenta a la crítica, y simplemente se dan por vencidos. Eso puede ser comprensible, pero ¿Por qué dejar que las palabras de alguien que ha tenido un mal día (o mes) te impidan hacer algo grande? ¿Qué hubiera pasado si Shakespeare hubiese dejado de escribir la primera vez que un miembro de la audiencia se burló de alguna de sus líneas? ¿O si Gandhi se hubiese rendido sólo porque los británicos no estaban contentos con sus métodos?
A menudo las personas responderán a la crítica con ira. Se precipitarán, atacarán, se pondrán a la defensiva y agresivos.
Así no debe responderse a la crítica. Es el peor modo de reaccionar. Si estás enojado no insultes a la gente. No los ataques ni los culpes por tus errores, o niegues haberlos cometido ni eches leña al fuego agregando nuevos errores a tus errores. Sería mucho mejor permanecer en silencio.

Haz cosas asombrosas

No dejes que la crítica te impida realizar algo. Si alguien te te dice que tu escritura apesta, sigue escribiendo. Hazlo mejor. Estudia a la gente que lo hace bien e imítalos, después hazlo tuyo e infunde tu voz en lo que haces. Sé grande siendo honesto, buscando la verdad y diciendo esa verdad cuando nadie más lo hará.
Crea cosas extraordinarias. Contribuye al mundo, construye la versión del mundo que quieres ver.
Sal y haz algo diferente. No hagas cosas porque todo el mundo las hace. Aquí tienes un secreto:
Si te encuentras nadando con todos los demás peces, nada hacia el otro lado. De cualquier modo, ellos tampoco saben a dónde van.
Haz algo asombroso, y compártelo con el mundo. La crítica puede ser necesaria, pero a menudo solo se vuelve un lastre para aquellos que tratan de hacer cosas sorprendentes. No dejes que te detenga.

Cómo hacerlo con gracia

Cálmate antes de responder. Siempre. Responder a un crítico mientras estás enojado, nunca es una buena idea. En caso que no haya sido suficientemente claro: No contestes nunca enojado.
Pregúntate porqué te han criticado. ¿La persona está tratando de ayudar, de mejorar las cosas, de ayudarte a evitar los errores, de sugerir mejoras? ¿La persona está simplemente de mal humor, siendo grosero, teniendo un mal día? ¿La persona es simplemente mezquina o está celosa? ¿Hay alguna buena razón para la crítica?
Independientemente de la motivación, pregúntate a tí mismo si la crítica es válida. Algunas veces realmente lo es,  pero en lugar de dejar que eso te deprima, permite que te ayude a mejorar. Admite que no eres perfecto en lo que haces (aunque tú mismo eres perfecto), y que no todo lo que haces está absolutamente bien, y que quieres mejorar. Yo, por ejemplo, cometo errores todo el tiempo y tengo mucho que mejorar.
Agradece a la persona la crítica. Algunas veces ellos tienen la intención de ayudarte. Eso necesita valor y es algo muy generoso. Agradécelo. Incluso cuando no están tratando de ayudar, se han tomando el tiempo de responderte, y créeme, obtener una respuesta es mejor que el silencio absoluto. Provocar una reacción significa que has hecho algo interesante y por eso debes estar agradecido. De cualquier modo, agradecer a tus críticos te ayudará a transitar hacia un intercambio positivo.
Responde racionalmente y con calma. En lugar de ponerte a la defensiva, sé honesto. Comparte tus razones, reconoce los puntos que tiene la otra persona si es que son válidos y llega a una conclusión racional antes que defender celosamente tu modo de hacer las cosas.
O permanece en silencio. Si no puedes responder  con gracia, entonces es mejor no responder. El silencio es mucho mejor respuesta que la ira, la actitud defensiva o claudicar.
Persevera. Haz respondido con gracia y ahora regresa a hacer algo asombroso.

jueves, 6 de febrero de 2014

La postergación es un problema de consciencia           


Todos posponemos cosas, y la mayoría de nosotros conocemos las soluciones a nuestra afición a posponer.
Yo estuve posponiendo escribir este artículo (Es irónico lo sé, y sí, sé que también tú pospondrás esta lectura) haciendo un montón de tareas pequeñas. Eran menos importantes y yo lo sabía, pero eran rápidas de hacer y mucho mas fáciles que escribir un artículo sobre un tema difícil.
Honestamente, conozco las soluciones: Definir qué tarea es la más importante, evitar todo aquello que no es la tarea más importante, tener claros mis motivos para realizar la tarea, dividirla en pedazos más pequeños y fáciles si encuentro la tarea demasiado difícil.
No son soluciones difíciles.
Pero no funcionan a menos que estés consciente de lo que estás haciendo.
No puedes dar un paso atrás para definir cuáles son tus tareas más importantes a menos que te des cuenta que estás postergando en primer lugar. No puedes dividir una tarea en pasos pequeños a menos que te des cuenta que le temes a la tarea. No puedes eliminar las distracciones a menos que te percates que has estado cediendo a la urgencia de distraerte.
En cuanto al hábito de posponer, la conciencia lo es todo. El problema no es encontrar soluciones al mal hábito, el problema es estar consciente de lo que sucede.
Una vez que sabemos lo que sucede las soluciones son (relativamente) fáciles.
El problema no es sólo estar consciente de lo que sucede, sino recordar permanecer consciente. Ser consciente se trata de recordar. Demasiado a menudo olvidamos permanecer conscientes.
Así que hablemos  de la consciencia sobre lo que sucede cuando dejamos las cosas para después y luego sobre cómo recordar.

Consciencia de lo que sucede

¿Qué sucede mientras posponemos algo? que tal esto:
  • Seguimos nuestro deseo hacia las distracciones. Aquí tenemos la urgencia habitual de checar nuestro email o las redes sociales o las noticias. O seguimos nuestro deseo de hacer algo más facil, más cómodo. Podemos vencer estas tendencias si somos conscientes de su ocurrencia.
  • Temor a las tareas difíciles. Nuestra mente tiende a enfocarse en las partes más difíciles de las tareas que estamos posponiendo. Sin pensar a fondo en ellas, las etiquetamos como difíciles, atemorizantes, agobiantes, que consumen mucho tiempo. Si estamos conscientes de ello, podemos resolver cada uno de estos problemas; las tareas difíciles pueden dividirse en tareas más simples.
  • Miedo. A menudo se pospone por miedo: miedo al fracaso, miedo al éxito, o los temores que surgen de dudar de uno mismo. Pero también a menudo no nos damos cuenta siquiera que el miedo esta ahí. Simplemente actuamos con base en nuestros miedos. Una vez que tomamos consciencia de estos temores, podemos vencerlos a la luz del día. Cuando percibimos a los miedos en campo abierto, en la luz, podemos ver que realmente ha sido nuestra mente la que los ha hecho parecer más grandes de lo que son. El peor escenario de fracaso es frecuentemente mucho menos malo cuando pensamos seriamente en ello.
  • Falta de motivación. Muchas veces olvidamos la motivación que teníamos para embarcarnos en una tarea difícil. ¿Por qué decidimos ponernos a sufrir con ello? Es mucho más fácil posponer y hacer otras cosas "importantes" en su lugar. Peros si recordamos nuestros propios motivos, podemos enfocarnos. Hay que ser conscientes de que tal vez nuestra motivación no es clara o que hemos olvidado nuestra motivación ante la dificultad o la incomodidad.
  • No tener prioridades claras. ¿Qué tareas son más importantes? Es difícil saberlo cuando estas atrapado en el flujo de las cosas, haciendo cosas a diestra y siniestra, cambiando entre tareas, etcétera. Todo parece importante. Pero cuando das un paso atrás y piensas acerca de lo que más importa, sobre qué es lo que hará la diferencia en el mundo y en tu vida, entonces puedes ver en qué necesitas enfocarte, a qué necesitas dedicarle tiempo. No podemos dar un paso atrás a menos que seamos conscientes de que estamos atrapados en tareas menos importantes.
  • Revisar compulsivamente. Frecuentemente checamos compulsivamente nuestro email, redes sociales, blogs, sitios de noticias, etcétera. Tenemos esas pestañas abiertas todo el tiempo y las revisamos cada pocos minutos. ¿Porqué? ¿Qué necesidad estamos cubriendo? A menudo se trata de una necesidad de estar "en línea" con todo, o de un miedo a que podríamos perdernos de algo. Y a veces el placer efímero de tener algo nuevo en nuestra bandeja de entrada, de encontrar algo interesante o placentero.
Estos son unos de los ejemplos mas comunes de las cosas que suceden cuando postergamos. Pero ¿Cómo nos volvemos conscientes? ¿Cómo recordamos permanecer atentos?

Cómo recordar

El problema con recordar estar consciente es que estamos atrapados en nuestras propias acciones de momento a momento.Una vez que abrimos una computadora, por ejemplo, una serie de respuestas habituales toman el control, y de pronto nos encontramos inmersos. Pueden pasar horas antes de que nos levantemos a tomar aire y nos demos cuenta que hemos estado postergando.
Lo que necesitamos son herramientas que nos ayuden a recordar.
He aquí algunas que funcionan para mí:
  1. Reconocer el daño. Lo primero que necesitas admitir es que postergar te está dañando. Si no te das cuenta de que es un gran problema, no podrás tomar los siguientes pasos. Así que, ¿Qué daño te causa el postergar? Bueno, pues podría estar impidiéndote lograr tus sueños o alcanzar tus mayores metas, expandir tus límites o aprender cosas nuevas. Podría estar causándote ansiedad y dañando tu trabajo.
  2. Compromiso. Hacer el compromiso de permanecer atento es una gran herramienta para recordar. ¿Qué tipo de compromiso? Puedes escribirlo en un pedazo de papel y verlo cada mañana. O puedes decirle a alguien más al respecto. Puedes ponerlo en tu blog o en Twitter. O hacer que alguien te lo recuerde cada semana. Hagas lo que hagas, comprométete tan seriamente como te sea posible.
  3. Define tus intenciones. Tan pronto como empieces una actividad, como abrir tu correo o empezar a escribir algo, o incluso al encender tu computadora o empezar tu día, haz una pausa para pensar cuál es tu intención al realizar tal actividad. Intenta ser consciente y notar cuando estas postergando.Definir tus intenciones no necesariamente significa que vas a lograr lo que te propusiste, pero ayuda. Y te ayuda aprender a ser mejor con la práctica. 
  4. Recordatorios. Establece un recordatorio cada hora o cada dos horas para revisar que tus acciones estén en concordancia con tus intenciones, para recordar estar consciente sobre lo que sucede con la postergación.
  5. Reconoce las señales. Existen señales de que estás postergando: Ansiedad sobre tus tareas, revisar cosas compulsivamente, una creciente necesidad de hacer algo distinto a la tarea en cuestión. Estas señales pueden ser físicas (sensación de tirantez en el pecho, o espalda, por ejemplo) o pueden ser acciones (checar tu correo) — Pero tienes que aprender a reconocerlas con el tiempo. Son banderas que ondean diciéndote que algo está sucediendo. Pon atención a las banderas y verifica qué es lo que sucede..
Estas no son cosas que se dominan de un día para otro. Requieren práctica y requieren compromiso. Pero si puedes resolver el problema de la consciencia, la postergación se torna en un monstruo mucho más fácil de controlar.